Marco Oneto, nace un 03 de Junio de 1982, en la ciudad de Viña del Mar, sin embargo, a muy corta edad se trasladó a la ciudad de Quipué, donde vivió hasta que dejó Chile, ciudad que además fue la cuna del deportista, ya que fue en el Colegio Coeducacional de Quipué donde realiza sus estudios y conoce el Balonmano.
A los 13 años comienza a practicar este deporte y tan sólo 4 años después, a la corta edad de 17 años, parte rumbo a Europa. A esta edad le surge la posibilidad de poder viajar a España en busca de su sueño: ser jugador profesional de Balonmano. Y como es habitual, no contó con ningún otro apoyo moral o económico que no fuera el de sus padres y entorno familiar.
Para poder llegar a Europa significó que Marco debió entregarse al 100%a este deporte, no sólo coordinando estudios y entrenamientos sino que también pequeños trabajos que le permitían cumplir con viajes y participaciones en torneos.
Así es como comienza este camino, un 21 de abril del año 2000, recién se abría el nuevo milenio y para Marco las puertas de Barcelona, donde tenía la opción de entrenar en 3 diferentes equipos y probar suerte.
Luego de 3 meses de duro esfuerzo, el entrenador del primer equipo del F. C. Barcelona, Valero Rivera, se fija en él y lo ficha por un año. Esto significaba el inicio de un sueño, su primer contrato profesional y de paso, convertirse en el primer chileno en vestir los colores azulgrana y ser parte de la historia de uno de los mejores clubes deportivos del mundo.
Este periplo no fue fácil, fueron varios años de esfuerzo y sacrificio los que llevaron a que Marco Oneto fuese un nombre relevante en un país donde el Balonmano era exclusivamente Europeo. En esta ardua labor, no sólo tuvo que sortear problemas deportivos y extradeportivos sino también vivir en carne propia la falta de recursos económicos, pasando momentos muy complicados.
Pero su constancia, capacidad de superación y el siempre presente apoyo familiar hicieron crecer en Marco Oneto una capacidad de lucha y sacrificio que le permitiría seguir adelante, desarrollando sus habilidades naturales en cualidades competitivas que lo llevarían a ser parte de los mejores equipos de Europa. Entre ellos el F.C. Barcelona (en su segunda etapa), en España; MKB Veszprem de Hungría o en Wisla Plock de Polonia.
Por esto, Marco Oneto es hoy una figura que genera una gran empatía con los jóvenes deportistas que desean igualar y ojalá superar sus logros, jóvenes con sueños similares a los que llevaron a nuestro fundador a ser uno de los mejores de Europa, conseguir los mayores trofeos Europeos y de paso, el reconocimiento de todo el mundo del Balonmano internacional.